Vamos del dicho al hecho

Piden control para evitar aumento de explotación en Antioquia

El comité de trata de personas realiza campañas para frenar el flagelo en época decembrina.

Medellín se ha convertido no solo en una ciudad de paso sino de destino.


Esto ha llevado a que la trata de personas, el tercer delito más lucrativo después del narcotráfico y las armas, esté radicado en sus diferentes manifestaciones, y que hoy sea un tema preocupante.


No solo por las cifras que se reportan de antioqueños víctimas en el exterior (48 desde el 2002), sino por los casos internos que se presentan –especialmente en mendicidad– ajena en niños e indígenas.


Según la Dirección de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobierno de Antioquia, la mendicidad ajena, el turismo sexual, la extracción de órganos y la explotación laboral son asuntos que aún no se han hecho visibles, al igual que la servidumbre (servicio doméstico con niños).


Para Yomar Benítez, secretario de Juventud, una de las falencias es que no se tiene un registro oficial sobre el problema en la ciudad, pues el asunto no ha sido abordado de manera específica por la Fiscalía en temas de personas que han ingresado a grupos ilegales de manera forzada. Y las víctimas denuncian poco.


“Medellín tiene casi todas las modalidades de trata de personas. En el caso de comercio de órganos es muy clandestino pero evidente. El hecho de que sea una capital que ha ganado en turismo de salud no es solo porque tengamos buenos médicos sino porque hay respuestas desde ese comercio ilegal”, manifiesta.


En vista de la necesidad de buscar medidas, se vienen planteando encuentros desde el comité de trata de personas. El único a nivel municipal en el país.


Su plan se divide en dos frentes: coordinar acciones con organizaciones que trabajan con derechos humanos y hacer campañas fuertes de prevención en fiestas como Feria de Flores, diciembre y eventos con alto flujo de turistas en la ciudad.


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